En la actualidad, se han hecho cientos de hiptesis que intentan encontrar las causas que originaron a esta pandemia, pero hasta este momento nadie ha logrado saber a ciencia cierta por qu experimentamos esta situacin, esto lgicamente ha dificultado su resolucin y ha desencadenado otro tipo de inconvenientes. Hace aproximadamente 600 aos la humanidad pas por un evento similar cuando experiment los efectos de la pandemia que ocasiono la Peste Negra, en aquel entonces la disputa por el poder, el control de los recursos y las diferencias culturales contribuyeron al exterminio de ms de 100 millones de personas. Segn cuenta la historia, la bacteria que generaba a esta enfermedad fue plantada en las poblaciones de Asia Central por integrantes de organizaciones occidentales para detener la venta de los productos provenientes del continente asitico y estimular el desarrollo de la economa de este hemisferio, por ello lo que ms resuena en nuestra comunidades es que esta pandemia se gener por causas similares.
Para entender porque actuamos como lo hacemos, los filsofos desde la antigedad exploraron en su mente y descubrieron que el ser humano acta y piensa motivado por los tres instintos que la naturaleza desarroll en todas las especies para garantizar su existencia. Todo ser viviente lucha por mantenerse vivo, por desarrollar sus dones naturales y por reproducirse. Desde la antigedad estos instintos naturales fueron condicionados por quienes manejaban el poder implantando filosofas y preceptos rgidos para condicionar a los integrantes de nuestras sociedades a manifestar el tipo de vida que estos personajes creyeron conveniente. Hoy en da estamos viviendo el colapso de la mayora de las instancias que conforman a nuestras sociedades posiblemente por seguir este tipo de preceptos. Todo esto ha estimulado a una gran parte de la poblacin a buscar las respuestas de sus interrogantes en filosofas distintas a las religiosas, es gracias a estas exploraciones que se han descubierto las leyes naturales que rigen al mundo fsico, este descubrimiento adems de contribuir con el desarrollo de la ciencia tambin ha contribuido con la evolucin de nuestra personalidad, dndonos muchas ms herramientas para lograr el control de nuestra manera de pensar y de actuar. Gracias a estos descubrimientos tambin se est tomando una nueva direccin en las investigaciones que tienen que ver con nuestra salud y en lo que nos conforma como energa, dndole una explicacin ms coherente a lo que hemos denominado como espiritual.
Buscando la solucin al inconveniente que actualmente vivimos a causa de este virus, pude percatarme al estudiar a la ley de la fecundacin donde se originan la mayora de nuestros problemas. Esta ley indica, que para que ocurra un evento o se manifieste una forma, deben de converger dos elementos, dos entidades, dos energas o dos formas con similitudes pero que posean polaridades opuestas, al ser humano tambin lo conforman estas dos polaridades opuestas, representadas en la herencia materna y paterna que nos hizo. En la actualidad estas dos polaridades yacen en conflicto en el interior de la mayora de los habitantes de este mundo, si estamos en guerra con nosotros mismos, es lgico que esta disputa se proyecte en nuestro entorno y se manifiesten los conflictos que tenemos. Mi intencin al escribir este libro es la de mostrarle a la colectividad como se han originado nuestros problemas y cules son las soluciones que tenemos a la mano para resolverlos.